Carta abierta
Estimado Sr Presidente. Me es duro comunicar, el cese inmediato en sus funciones, hubiésemos querido continuar, con su encomiable labor, pero el sentido común se niega a ello, y como accionista mayoritario en nuestra Compañía, su decisión ha prevalecido a la del resto de socios. A pesar de su extraordinaria visión de gran estadista y hombre de Estado, la Compañía decide apostar por el potencial humano que la integra, identificando la causa del problema e implementado una solución sólida y constructiva al desbarajuste causado por su equipo y por usted mismo. Como primeras medidas, dedicaremos cinco minutos a contemplar amanecer, y sentir el sol sobre la piel. Amaremos nuestro trabajo como a nosotros mismos e intentaremos mimarlo y cuidarlo ya que de él depende mucha más gente. No gastaremos inultamente nuestro tiempo escuchando vendedores de humo contaminado. Y cuidaremos de esta nuestra casa llamada Tierra. Así pues, como verá, su inestimable trabajo y el de su equipo co...