Para siempre...
El frío amanecer le despierta, la arena cede en su movimiento. Sobre el horizonte una gran bola naranja emerge de las aguas; mira a su alrededor y solo una botella vacía de Absolut le acompaña en el nacimiento del nuevo día. Apenas recuerda la noche anterior, el punzante dolor de cabeza no se lo permite. Entre tanto, el sol asciende pasando del mar al cielo, se hace intenso y se proclama señor de la vida, mientras ella, intenta olvidar su pasado ayudada por noches impregnadas de alcohol. Se sacude la ropa, mira la hora y todo vuelve a empezar, recuerda resignada quien es. El efecto analgésico del vodka ha terminado y un dolor profundo recorre su cuerpo. El amanecer la contempla, las olas la observan y la brisa del mar se compadece de ella y la acaricia intentando arrancar de su piel los besos que la encadenan. - ¿cómo ha pasado la noche tu madre? - Bien, la he...